jueves, 8 de marzo de 2012

Aprender español es franquista

Euskalherriacos, debemos aprender mucho en algunas cuestiones de los hermanos oprimidos catalanes.
Los catalanistas aseguran que aprender en español es franquista
Esta obviedad es tal, que solo un franquista podría poner objeciones. Pero para acallar a los quintacolumnistas en SabinEtxea han hecho un experimento cuyos resultados son definitivos:

Pulsa sobre la imagen para verla en toda su vasquidad. 

Ante tamaña prueba científica, esperamos que los españolistas callen de una vez ante lo obvio y que asuman de una vez la política kultural de supremacia e imposición normalización creada por el Partido y mantenida por el gran tonto útil que actualmente actua como Lehendakari en funciones (y sus comparsas peperas). A ver si de una vez dejamos de levantar la voz por los ligeros gastos que nos causa dicha normalización:

La imposición lingüística del euskera, catalán y el gallego ha costado 50.000 millones de euros en los últimos diez años 

Tomando como referencia el año 2011, y según el informe “El Gasto lingüístico autonómico” que el Gabinete Técnico de Estudios de la Asociación Profesional de Directores de Recursos Humanos hará público la próxima semana, el Gobierno de Artur Mas se gastó 2.600 millones de euros en la implantación del catalán, mientras que Patxi López dilapidó 950 millones en Euskadi para convertir el euskera, lengua apenas hablada por un 20% de los vascos, en uno de los idiomas más subvencionados de Europa. Tras el despropósito lingüístico totalizador de Cataluña y País Vasco, el mayor gasto en estos menesteres correspondió a Galicia, donde el gabinete de Nuñez Feijoo derrochó 750 millones de euros. A continuación, la Comunidad Valenciana de Alberto Fabra (740 millones), Navarra (550) y Baleares (540). En total, 6.130 millones dilapidados por las administraciones autonómicas y locales de estas regiones.
Lo dicho, bagatelas sin importancia.


10 comentarios:

Reinhard dijo...

La lengua, en este caso por persecución del español, es una de las herramientas con las que más y mejor trabaja el nacionalismo.

Curiosa también es esa equiparación entre idioma español y le franquismo, cuando la realidad es mucho más descarnada. En el caso catalán, desconozco el vasco y gallego, se hace una coña curiosa: durante el franquismo, los niños hablaban cstellano en las aulas y catalán en el patio, y ahora se habla catalán en las aulas y castellano en el patio.

Así andamos.

Señor Ogro. dijo...

Reinhard, y si se habla español en el patio, no será porque las autoridades no intenten cortar también tal ramalazo revolucionario.

A riesgo de ser pesado, recomiendo de nuevo el libro de Jesus Lainz "desde santurce a Bizancio..", donde uno puede ver estos procesos linguisticos aplicados a la historia europea del siglo XX.

Se lo deberían leer los peperos y sociatas, siempre tan prestos en lamer el anodo al nacionalismo cavernario y antidemocrático.

Anónimo dijo...

En los años del franquismo en Guipúzcoa se hablaba el triple en vascuence que ahora. Y desde que se impuso la obligaoridad, lo saben muchísimos más pero se habla menos en casa, en la tertulia y en los bares y talleres.

Es el éxito de tanto despilfaro. Con el dinero gastado en perfiles linguisticos se podrían haber levantado los mejores hospitales y las más modernas autopistas y aeropuertos de Europa.

Señor Ogro. dijo...

Don Javier, no diga aereopuertos, que sale algún iluminado y nos pone uno en las faldas del Gorbea o al lado de Ondarreta.

Pero sí, coincido en que a mayor imposición, aumenta la rebeldía en grado semejante.

Y más importante, no se debe olvidar que el tema del idioma es la punta de lanza de todo un proceso de la más salvaje ingenieria social, y que ha llevado al pais vasco al marasmo moral más repugnante.

Por de pronto, lean lo que ayer perpretó el tsjc respecto a la inmersion linguistica, contradiciendose a si mismo, y ademas al supremo. TELA.

Se ve el supremo, no es supremo...

aspirante dijo...

Lo peor es la complacencia de los gobiernos centrales y del jefe del estado con estos comportamientos dictatoriales y aberrantes, que para lo único que sirven es para que unos cuantos se enriquezcan y otros sepan decir estupideces en lenguas minoritarias.

Señor Ogro. dijo...

Aspirante, para que este chiringuito funcione, tienen que estar de acuerdo las dos partes: el nacionalismo, y el gobierno central que permite, a cambio de apoyos puntuales en el parlamento, las mayores barrabasadas.

Cada voto del PNV a favor del PP/PSoe se podria contabilizar por millones de euros. Y otros costes no cuantificables en millones, que pagamos los que aquí vivimos.

Epiro dijo...

Don Ogro, a mi me tiene preocupado el franquismo de buena parte de América Latina, el muy puñetero de Franco ha debido estar allí oculto, mientras el gran Garzón averiguaba si estaba o no vivo, y contaminó a todos esos pueblos que hoy hablarían euskera de no ser por el citado dictador.

Señor Ogro. dijo...

Así es Don Epiro, ha tocado una parte muy oscura de la negrisima leyenda española. Cuando Cristobal colon descubre america, se da cuenta que en realidad todos aquellos pueblos hablaban euskera.

Rapidamente, los reyes catolicos enviaron a Franco para reprimirles y obligarles a hablar español, eliminando la amplísima red de azteka-eskolas y maya-eskolas que existía.

Estos son hechos históricos comprobados en SabinEtxea, y de los que se guarda registro en las piedras sobre las que duerme Arzalluz cada día.

Natalia Pastor dijo...

En la Catalonia de barretina y butifarra sucede lo mismo que en el paraiso euskaldun.
A fin de cuentas es la utilización de la lengua como medio de estigmatización -palabra tan de moda -, en un intento de marcar a fuego en la población el hecho que hablar -o aprender - español es una traición al mantra nacionalista.

Señor Ogro. dijo...

Doña Natalia, así es, y no puede ser de otra forma desde el momento en el que los polikarpos deciden que tener un idioma "propio", equivale a ser una nación.

Pero lo fundamental es la palabra que ha usado: estigmatizar. Porque de eso se trata, de estigmatizar, separar, discriminar, hacer sentir extraño, a aquel que disienta de la "verdad" creada adhoc, parida, inventada por el nacionalismo.

Y habrá que insistir en recordar los entusiásticos apoyos recibidos desde los grandes partidos nacionales; tan grandes como ciegos y cortos de entendederas.